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martes, 10 de noviembre de 2009

Octavio Cerdá vivió el último partido que el Alcoyano jugó en Mestalla en Primera, una enciclopedia viviente

Camino de cumplir 83 años, Octavio Cerdá sólo enciende su televisor para ver fútbol y películas de cowboys. Bromea asegurando que conoce al dedillo cada escena de los largometrajes, «incluso mejor que los actores», pero la felicidad plena se la ha dado el fútbol a finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta. Hoy, a las 19 horas, se acomodará bien en su sillón junto a su mujer Angelita para seguir con todo detalle el duelo que disputa en el campo de Mestalla «mi querido Alcoyano».

Cerdá, a quién el corazón le ha dado algún susto de los que salió regateando como hacía sobre el césped, puede presumir de ser el único superviviente del último partido que el Alcoyano disputó en Primera División en Mestalla. Del 25 de febrero de 1951 ha llovido mucho, Octavio regresó años después vistiendo la camiseta del Celta, pero era diferente. SUPER le visitó ayer en su pueblo, Cocentaina, para rememorar con él recuerdos de aquella época que se mantienen en un lugar privilegiado de su memoria, aunque para la eliminatoria de esta noche… «tendría que ocurrir un milagro. En el fútbol pasan cosas raras, pero tampoco tanto porque los entrenadores ya no dejan nada al azar. ¿Lo del Alcorcón? Eso sólo le puede pasar al Madrid». Sus recuerdos y sonrisas le dan fuerza para seguir con lucidez a su edad, contándole a sus nietos lo bonito que era el fútbol en su día, una auténtica diversión.

Y es que nada más pronunciar la palabra Mestalla, a Cerdá le viene a la mente la primera vez que jugó en el campo de la Avenida de Suecia con la camiseta del ´Serpis Club Alcoy´. «No sabíamos que había un túnel para salir al campo y aparecimos por la grada. Nos estaban buscando todos», sonríe. Con ese equipo amateur se proclamó campeón de España en el estadio Metropolitano de Madrid, éxito que le permitió dar el salto al profesionalismo con el CD Alcoyano, con quién visitó Mestalla en varias ocasiones, entre ellas la última visita de los blanquiazules en Primera División. «Perdimos, pero marcó Mundo. ¿Aún vive?», pregunta. Aún hay gente que acude al bar que regentaba el futbolista de Barakaldo en el centro de la ciudad, fallecido a finales de 1978, que tras un paso fugaz por el Athletic de Bilbao y Logroñés, jugó once años en el VCF, antes de colgar las botas con el Alcoyano. «Tenía un sentido del humor muy grande, siempre estaba de broma y a todo le sacaba algo en el buen sentido. Jugamos juntos en el Alcoyano», recuerda antes de hablar de Ignacio Eizaguirre, guardameta de Donosti que también militó en el VCF y la Real Sociedad: «A Eizaguirre lo conocía bastante, cuando jugué en el Celta él estaba en San Sebastián y era el gerente de una empresa de materiales de construcción, parábamos allí a verle a él y a Igoa, que también jugó en el VCF. Eso sí, uno de los jugadores que más me han gustado siempre de los que vinieron a España fue Wilkes, aunque vino ya mayor». Y así fue, quién recurra a la enciclopedia del VCF comprobará que debutó con 30 años. «También recuerdo a Epi, Asensi, Pasieguito… y Puchades. Hubo un partido en el que me dijeron que debía marcarle todo el partido, pero ni estando catorce jugadores tras él éramos capaces de robarle el balón. Ha sido uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, no sólo del VCF», cuenta con sus ojos brillantes por la ilusión y el énfasis que pone: «Era diferente y hay gente que se rie cuando lo digo, pero ahora yo no querría ser jugador de fútbol, creo que no se divierten. Tanto entrenamiento… antes no estábamos media hora corriendo en el calentamiento, hay que correr durante el partido, pero ahora es otra historia. Los jugadores corren con cronómetro para correr, pero la persona necesita desahogarse. Antes salíamos a pasarlo bien y si perdías lo celebrabas, porque disfrutábamos mucho en el campo. Jugábamos cuatro delanteros y un interior retrasado, que era mi puesto, cuando nos marcaban algún gol se desataba la locura. Igual te daba perder por uno que por cuatro, por eso se marcaban más goles. Otra cosa que ha cambiado es que antes, un jugador que era titular jugaba toda la liga, al final era cuando llegaban los desgarros porque el músculo se agota, ahora no sé cómo juegan y corren tanto. A mí cuando me dijeron que iban a pagarme por jugar alucinaba, si hubiese tenido dinero habría pagado yo. No me lo creía. Yo trabajaba en una fábrica y les dije que no me lo dejaba, imagínate la ignorancia, pero después tuve otras opciones para jugar en el Celta, el Madrid o el propio Valencia. El tema es que el VCF y el Alcoyano nunca tuvieron buena relación, aunque hubo jugadores como Vidal —que fue internacional— que interesaron pero no se concretó nada en aquella época».
Desde la década de los cuarenta a la actualidad, la historia ha cambiado mucho. De vivir con un Alcoyano de Primera se ha pasado al sueño de la Copa, con la esperanza de que toque algún grande como el VCF, es un «aliciente para el equipo enfrentarte a jugadores como Pablo, Mata, Villa…. Me gusta mucho Pablo y no entiendo cómo el Madrid dejó escapar a Mata». Cerdá, cuando vea esta tarde al Alcoyano en Mestalla, recordará aquellos maravillosos años.

Su carrera
Brilló en el Alcoyano y después en el Celta de Vigo
Cerdá ganó con el Serpis Club Alcoy el campeonato de España de aficionados y fichó por el Alcoyano. Tras seis temporadas recaló en el Celta, donde jugó cinco años antes de militar en el Jaén, Granada, Orihuela y Ontinyent.

Traspasado al Celta
El CD Alcoyano le traspasó al Celta en la temporada 53/54 por 250.000 pesetas (1.500 euros) y al mes podías ganar alrededor de 1.200 pesetas, cuando un trabajador normal en una fábrica no pasaba de las 15 pesetas semanales.

El secreto del café
Recuerda Cerdá que los preparadores físicos de la época tenían sus secretos: «Recuerdo a Ernesto Pons, que me entrenó en Vigo, que el único interés que tenía era que cuando entráramos a la caseta nos tomáramos un café».

Del 5 estrellas a la pensión
En su etapa con el Jaén vivió una crisis económica, que les llevó de descansar en hoteles de cinco estrellas a una pensión y de tener bus propio a viajar en taxi.

FICHA TÉCNICA
Mestalla. Valencia
25/02/1951

4- VALENCIA CF: Antonio Pérez, Salvador Monzó, N. Santacatalina, Pasieguito, Asensi, Bádenes, J. L. Romero, Luis Díaz, Quiliano Gago, Taltavull, Vicente Seguí.
Entrenador: Jacinto Quincoces.

1- ALCOYANO: Soro, Quisco, Pintor, Pitarch, Blanco, Suárez, Ibars, Cerdá, Mundo, Pierita, Pototo.
Entrenador: José Espada.

GOLEADORES: 1-0, Minuto 44: Quiliano Gago; 2-0, minuto 59: Pasieguito; 2-1, minuto 64: Mundo; 3-1, minuto 72: Bádenes; 4-1, minuto 76: Vicente Seguí.
Noticia de Superdeporte.

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