El Valencia ya sabe lo que es enfrentarse al PSV y ganarle. Fue en la fase de grupos de la Champions de la temporada 1999-00, donde el club blanquinegro alcanzó su primera final de la competición tras completar una trayectoria histórica.
Claudio 'Piojo' López era la estrella de aquel equipo que dirigía Cúper y anotó los dos goles, uno en cada partido, tanto el 1-0 de Mestalla como el 1-1 de Holanda, que fue considerado mejor tanto de esa edición de la Champions.
El 3 noviembre de 1999 los valencianistas recibieron al PSV y le derrotaron por un solitario gol del argentino. De esa noche no queda ningún jugador en la actual plantilla valencianista, pero sí dos en activo. En concreto, el sevillista Palop, que ahora ha recuperado la titularidad en el Sánchez Pizjuán, defendió la portería, ya que Cañizares atravesaba por una lesión.
El otro es el levantinista Farinós, que formó pareja en el centro del campo con Gerard, quien vivió su noche mágica en los cuartos de final contra el Lazio, ante el marcó dos goles para acercar a los de Cúper a las semifinales.
Mendieta fue el capitán, en el punto álgido de su carrera futbolística. Por su parte, en el PSV destacaba sobre todo Ruud Van Nistelrooy, que marcó de penalti en el encuentro disputado un mes y medio antes en Eindhoven. Pero también figuraba Van Bommel en el centro del campo y Rommedahl, que entró al campo en la recta final, justo después de que el Piojo hubiese marcado el gol decisivo.
El Valencia superó sin problemas esa fase, e incluso quedó primero en el grupo F, con doce puntos, por delante del Bayern de Munich, que sumó siete, del Glasgow Rangers con siete también y del equipo holandés, que quedó último con sólo cuatro puntos.
Después vino una segunda fase de grupos, y los de Cúper también se clasificaron, en esta ocasión como segundos por detrás del Manchester United, con un último partido en el que ambos equipos pactaron un empate a cero que dejó fuera a la Fiorentina.
Luego vinieron los cuartos y las semifinales ante el Barcelona, hasta alcanzar la final, en su debut en la máxima competición continental, conseguida gracias al cuarto puesto del año anterior, con Ranieri en el banquillo. La final lamentablemente la perdió ante el Real Madrid, en una noche en la que los nervios atenazaron a los valencianistas, que no dieron una y no pudieron con la experiencia de gente como Redondo.
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