ESTO ESCRIBIÓ SANTIAGO CARBONELL REDACTOR DE LAS PROVINCIAS AQUEL DIA.
El día en Londres había sido privameral. Nada de gabardinas ni chalecos y sombreros. Trajes de verano y aun sobraban. Sol radiante.
Ya llovía cuando, a las 12 menos cuarto iniciábamos el vuelo. Abajo las nubes no velaron la contemplación del espectáculo de Londres por la noche.
Viaje normal, pero con la consigna mantenida de llevar puestos y apretados los cinturones, cosa poco acostumbrada. Relámpagos, ligeros <>.
A las dos de la madrugada o cosa así, a la altura de Barcelona, cuyo aeropuerto estaba cerrado, según nos dijeron luego, nos adentramos en una tormenta de <>. Fortísimo viento impedía desarrollar su marcha normal al <>. A eso de las dos y media, la borrasca se hizo horrorosa. Relámpagos ininterrumpidos, alumbraban el avión constante y fortísima, como un ametrallamiento. Un bache grande. A poco otro un poco mayor. Finalmente el tercero, enorme, seguramente el avión había dado un salto en el vació hacia abajo quizá unos miles de metros. Ruido espantoso, crujimiento de todo el avión. Caída de maletines, zarandeamientos de los pasajeros. Ligero apagamiento de las luces, pérdida de velocidad, suspensión del ruido de los motores. Rotura de una plancha del techo que cayó sobre un pasajero. Rotura de un cinturón de otro. Choque de una pasajera contra el asiento de delante, resultando herida en la cabeza. Caída de la azafata. Todos los objetos diseminados por el pasillo o en cima de nosotros. Nuestras gafas que aterrizan doce metros más allá y el sombreo que planea en la cola. Deterioros en los servicios de lavabos. La azafata también resultó herida levemente.
Esto cuesta más explicarlo de lo que tardó en suceder. En todos nosotros, unos más otros menos, la impresión es indescriptible. Ataques de nervios a un jugador que fue asistido valientemente por un un directivo. Gritos. Llantos. Rezos.
Todos creíamos llegados el postrero momento temiendo pasado ya ésta de gran dramatismo, que se repitiera empeorando. El piloto, hábilmente, había dominado la situación y el aparato. Azafata y camarero atendieron a todos los que los precisaban y los médicos que llevábamos, a la herida al jugador indispuesto.
Mientras, nosotros, en nuestro sitio, pasado el susto o la impresión hacíamos <> y pensábamos que acaso esta crónica la tuviéramos que publicar en alguna revista deportiva del <>.
A los pocos minutos del espantoso bache, que habíamos salvado de puro milagro, según dijo el piloto penetramos ya en zona libre de tormenta y hasta con cielo estrellado. Llegamos felizmente a Manises cerca de las cuatro de la madrugada, sin más novedad que la dicha. Y la <> de poderlo contar.
Y he aquí cómo, amigo lector, nosotros que creíamos que con estos dos viajes, en avión, podíamos tener más <> somos unos recién nacidos...
ESTA ES LA CRÓNICA DE ESE AGÓNICO VIAJE.
LOS JUGADORES QUE CONPONIAN ESE VIAJE SON LOS SIGUIENTES:
José Ginesta.
Manolo Mestre.
Vicente Piquer.
Decio Recamán.
Francisco Sendra.
José 'Ficha'.
Waldo Machado.
Héctor Núñez.
Bautista Verdú.
Sócrates Belenguer.
RESULTADO Y CRÓNICA.
Nottingham Forest FC- 1.
Valencia CF. - 5.
GOLEADORES.
El gol del Nottingham Forest.
Cobb (53).
Los goles del Valencia CF.
Waldo Machado (11).
Waldo Machado (13).
Héctor Núñez (30).
Héctor Núñez (49).
Héctor Núñez (68).
CRÓNICA DEL PARTIDO.
El 4 de Octubre de 1961 viajó el Valencia CF a Nottingham, en un viaje de triste recuerdo, pero con un resultado contundente y favorable de 5-1. El triunfo del Valencia fue indiscutible. La goleada al equipo inglés fue comentada en toda Europa. Cinco goles conseguidos, 3 por Héctor Núñez y 2 por Waldo.La prensa inglesa se deshacía en elogios, publicando que el equipo valencianista era el mejor que había pasado por su terreno en muchos años. Juego de precisión y un brasileño que jugaba hasta cuando no tenía el balón en los pies.Lo que ya no recordarán con tanto agrado los jugadores y toda la expedición que se desplazó a Nottingham fue el viaje de regreso a Valencia, accidentado y dramático. El avión en el que venía la expedición valencianista sufrió una avería en el radar a consecuencia de una violentísima tormenta, cayendo en varios baches al sobrevolar Barcelona, uno de ellos de más de cinco mil pies de profundidad. Fue angustiosa la situación de los pasajeros, con varios golpes sufridos por algunos de los ocupantes.Finalmente, el piloto logró vencer los peligros, cuando éstos parecían gravísimos y pese a los desperfectos en el aparato, pudo tomar tierra en el aeropuerto de Manises. El Sábado, y por iniciativa del consejo directivo, se celebró una misa de acción de gracias en el Camarín de la Virgen de los Desamparados, Patrona de Valencia.Eliminatoria inolvidable por dos situaciones muy distintas. La primera, por el gran encuentro celebrado en Nottingham, y la otra, por el accidentado regreso.
ESPERO QUE ESTA HISTORIA OS HAYA GUSTADO. ES HISTORIA DE NUESTRO VALENCIA CF.
No hay comentarios:
Publicar un comentario